Verdades Bíblicas
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Respecto a falsos maestros

Discúlpame por continuar en este paréntesis, pero tal vez es aquí una buena oportunidad de dar más información en cuanto a los falsos maestros. Pedro habló de ellos en 2 Pedro 2:

2 Pedro 2:1-3
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.”

“Muchos seguirán sus disoluciones”: los falsos maestros tienen aparentemente muchos seguidores. Son populares. Compara esto con el angosto camino que lleva a vida. Muchos no lo encuentran sino pocos. Mucho pasan por la puerta ancha.

Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

El hecho de que alguien sea un predicador popular no necesariamente significa que sea un verdadero maestro. Puede ser que sea un falso maestro y de hecho su popularidad es solo porque: da a la gente la entrada por la puerta espaciosa y camino fácil y a muchos les gusta esta entrada y pues lo siguen.

Más adelante como Pedro dice: “por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado”. Solo hay un camino de la verdad y ese es el “camino difícil que lleva a vida”. Es el camino de la puerta angosta. Este camino, el cristianismo genuino y verdadero, será blasfemado. Incluso tal vez será llamado “religión”, “legalismo”, etc. como opuesto a la “libertad” y la “gracia” (pero barata, gracia falsificada y no la gracia de la Palabra) que esos falsos maestros prometen. También el mundo, viendo a estos impostores y pensando que son lo que pretenden ser (“cristianos”) llegarán a conclusiones equivocadas respecto a todo el cristianismo, de nuevo causando que el camino de la verdad sea blasfemado.

Y Pedro continua:

2 Pedro 2:18-19
“Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.”

“Libertad” es la promesa más grande que venden pero sus promesas son mentira porque ellos mismos son esclavos de corrupción. Y ¿porqué lo hacen? ¿cuál es su motivo? De nuevo Pedro nos da la respuesta:

2 Pedro 2:3
“ y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.”

Tomé esta parte de la Reina-Valera. Las traducciones antiguas utilizan la representación anterior, la cual corresponde exactamente con lo que el texto en griego dice. Las versiones más nuevas tienen la parte “con sus fingidas palabras harán mercadería de ustedes” y “los explotarán con falsas palabras”, representando al verbo griego “emporeumai” como “explotar”. Sin embargo, este verbo no significa explotar sino “mercadear, comprar, vender, hacer mercadeo” (diccionario Strong). En otras palabras, una característica de un falso maestro es que es codicioso y en su avaricia mercadea con el pueblo de Dios. No se a ti, pero a mí esto me habla muchísimo. ¿Ves “predicadores” amasando grandes propiedades (incluyendo pero no restringido a casas lujosas, jets, carros de lujo, grandes salarios, etc. todo solo “predicando”? Yo diría: ¡huye! No necesitas escuchar nada más. Ese es el fruto de un falso maestro avaro que ha mercadeado con el pueblo de Dios, exhortando a “ofrendas” por parte del pueblo de Dios1 vendiéndoles libros falsos (muchos de ellos escritos por escritores fantasma), conferencias y “consejos” caros. “Por sus frutos los conoceréis” dijo el Señor y la codicia es definitivamente fruto de un falso maestro que uno puede ignorar al notar el peligro.

Ahora, la avaricia, los falsos maestros “que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Dios el único soberano y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 1:4) no es el único tipo de falso maestro que hay. Hay otro, en el otro extremo y este es el tipo el cual había plagado las iglesias en Galacia y también estaba activo en otras iglesias. ¿Cuál era su enseñanza? Que la iglesia debería seguir la ley de Moisés (ver el libro de Gálatas), que deberían de abstenerse de ciertos alimentos (Hebreos 13:9), que no deberían de casarse (1 Timoteo 4:1-4), que deberían de observar días, meses y estaciones del año (Gálatas 4:10), que deberían de adorar ángeles (Colosenses 2:18) en vez de solo a Dios a través del Señor Jesucristo, que llaman a otros “mediadores” “un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (1 Timoteo 2:5) etc. Aquellos que predicaban o predican tales cosas son falsos maestros también haciendo la misma cosa, como los del otro lado: desviando a la gente de la verdadera Palabra de Dios, esta vez a través de la “humildad” y “colándose” en esas cosas que ellos mismo no han visto, vanamente ufanados por su entendimiento carnal (Colosenses 2:18).

Por lo cual, los falsos maestros aparecen básicamente en dos extremos: uno es la perversión de la gracia de Dios convirtiéndola en una licencia para la inmoralidad, mientras que el otro extremo es el legalismo bajo una máscara de humildad – siguiendo prácticas que Dios nunca estipuló. Tenemos que estar conscientes de ambos.

Para concluir con esta sección, me gustaría agregar la siguiente aclaración: aunque un falso maestro se mete con la Palabra de Dios mal usándola para propósitos egoístas, no significa que un cristiano que cometa un error al enseñar la Palabra de Dios sea por definición un falso maestro. Como Santiago dice:

Santiago 3:1-2a
“Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos muchas veces.

“Porque todos ofendemos muchas veces”, dice Santiago, refiriéndose a maestros y muy gentilmente incluyéndose a sí mismo también. Cometer un error al enseñar la Palabra de Dios no necesariamente hace a uno un falso maestro. Así seríamos todos falsos maestros, porque de acuerdo a Santiago todos ofendemos muchas veces. La verdad es que todos aprendemos cada día, puede que tengamos que volver y enseñar más precisamente lo que ya hemos enseñado antes. Le doy gracias a Dios por no esperar a que seamos perfectos para poder usarnos. Si así lo hiciera, me temo que seguiría esperando. Un falso maestro no es alguien que a pesar de su sinceridad y respeto por la Palabra de Dios cometa un error al enseñar. El error de un falso maestro no es “solo un error”. Es algo mucho más grande. Sin duda hay una gran diferencia entre “cometer solo un error” y pervertir la gracia de Dios en una licencia para la inmoralidad” (Judas 4) o “hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:30) o “por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.” (2 Pedro 2:3). Aquel, el que solo “cometa un error” no es un falso maestro, sino un discípulo que necesita corregir su mensaje (ejemplo: Apolo en Hechos 18: él no tenía un mensaje 100% correcto, pero lo corrigió). El otro es sin duda un falso maestro, un lobo vestido de oveja, un explotador del pueblo de Dios que los desvía y hace que lo sigan a él. Y aunque es fácil imaginar a esos explotadores como completos ajenos a la fe, no siempre es así. Algunos de ellos son personas que aunque habían empezado en el Señor apostataron de Él después. 2 Pedro 2 dedica una buena parte a ellos. He dejado los pasajes relacionados, así como otros similares a los de Judas para el final de este capítulo. Por lo pronto vayamos a Gálatas.

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 



Notas al pie

1. Usualmente bajo la amenaza del diezmo y las supuestas horribles cosas que pasarán a los seguidores si no dan su diezmo al “ministerio” (mas exacto sería “negocio”) del predicador.

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