Verdades Bíblicas
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Judas: “los que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios” una advertencia muy relevante

Judas es una epístola muy corta, solo tiene 25 versos. Pero es poderosa y con urgencia evidente. El verso 3 comienza inmediatamente en el sujeto:

Judas 3
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”

La “fe que ha sido una vez dada a los santos” estaba en peligro y los creyentes tenían que luchar, contender, por ella. ¿Qué estaba mal? ¿qué estaba pasando? El siguiente verso nos lo dice:

Judas 4
“Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.”

Estas personas estaban haciendo 2 cosas:

1. Estaban convirtiendo la gracia de nuestro Dios en lascivia.

2. Estaban negando a nuestro único Maestro y Señor Jesucristo.

Pero ¿cómo lo hicieron? Como Judas dijo: han entrado encubiertamente. Entonces, esto indica que no estaban explícitamente y diciendo en voz alta que “Jesucristo no es nuestro Señor ni maestro”. Porque si no, hubieran sido notados de inmediato. Más bien, entraron encubiertamente, tal vez transformándose a sí mismos del mismo modo que Pablo dice que los siervos de satanás se transforman, en ministros de justicia:

2 Corintios 11:13-15
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”

Las obreros de Satanás no vienen presentándose como lobos, porque serían notorios. Sino que vienen disfrazados de ovejas. Aparentan ser “ministros de justicia”, pero sus obras demuestran que NO lo son.

El fruto, la vida que alguien vive, lo que practica, es el más claro y diría yo, verdadero indicador de si son verdaderas ovejas o no. El Señor lo dijo muy claramente en Mateo 7:15-20:

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”

A pesar de su camuflaje, el fruto, las obras de esas personas – y no el vestido de oveja que están usando – es el indicador infalible de a quién sirven verdaderamente.

Además, como Judas 12 dice: “son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos”. En otras palabras, esas personas comían junto con los creyentes.

Ahora, vamos a resumir:

i) Estas personas habían entrado encubiertamente. Eso indica que se habían disfrazado para parecer ovejas cuando de hecho eran lobos rapaces.

ii) Participaban juntamente con los verdaderos creyentes en las comidas que tenían como iglesia.

iii) Los creyentes no tenían idea de que aquellos eran lobos y el peligro que representaban. Si hubieran sabido el peligro, ya habrían estado contendiendo por la verdadera fe que había sido entregada a los santos y Judas no habría tenido necesidad de pedirles urgentemente que lo hicieran.

Yo creo que estos hechos nos dicen que esos falsos maestros se presentaban a sí mismos como cristianos. De hecho, Judas es muy similar a 2 Pedro 2, el cual también habla de los falsos maestros, quienes antes de haberse vuelto y convertido en falsos maestros, eran sin duda alguna parte de la familia de los creyentes. No sé si ambos hablan de la misma situación pero la única manera que veo aquí por la cual no fueron notados, a pesar de la corrupción que estaban extendiendo, eran mediante el hacerse pasar como cristianos.

Volviendo a lo que hacían, estaban convirtiendo la gracia de Dios en lascivia y negando a nuestro Señor y Maestro Jesucristo. Vamos a cada una de ellas:

“Convirtiendo la gracia de Dios en lascivia”

Concerniente a la palabra lascivia, esta es una traducción de la palabra griega “aselgeia”. Esta palabra se usa 10 veces en el Nuevo Testamento y se muestra en la lista relatada de las obras de la carne (ver Marcos 7:21-22, Romanos 13:13, Gálatas 5:19-21). De acuerdo al diccionario de Vine denota:

“exceso, promiscuidad, ausencia de limite, indecencia”

Esas personas han pervertido la gracia de Dios y la han convertido en una licencia para la inmoralidad. Pero ¿cómo lo hicieron? Yo creo que a través de enseñanza pervertida en palabra y obra. En la “gracia” estaban enseñando que había lugar para vivir en lascivia y pecado. ¿Vivía alguien en pecado? Bueno, no era mucho problema. Su “gracia” también lo cubría. Es difícil entender lo que exactamente estaba pasando y no quiero leer más en el texto de lo que solamente dice, pero es un hecho y está escrito en el texto que sin duda alguna estaban pervirtiendo la gracia y la estaban convirtiendo en licencia para la inmoralidad, el pecado.

“Negar a nuestro único Señor y Maestro Jesucristo”

Más adelante, está escrito en el texto que esas personas estaban negando a nuestro Señor y Maestro Jesucristo. La palabra traducida como “Maestro” es la palabra griega “despotes”, de la cual la palabra española “déspota” se deriva. Significa absoluto Señor. En otras palabras, Judas está usando dos palabras muy similares, una de ella muy fuerte, señalando el absoluto Señorío de Jesucristo, a quien estas personas estaban negando.

Pero, ¿puede ser de verdad? ¿Pueden tales personas entrar encubiertamente en las iglesias, tener compañerismo con los creyentes, prácticamente negar el Señorío de Jesucristo, convirtiendo la gracia de Dios en licencia para la inmoralidad y aun así no ser notados? Desafortunadamente puede suceder. De hecho creo que sucede hoy en día. Hay muchos que hoy enseñan un mensaje de gracia barata. Una gracia de acuerdo a la cual Jesús es más nuestro siervo que nuestro Señor. Una gracia de acuerdo a la cual uno es salvo una vez y para siempre desde el minuto en que creyó e independientemente de lo que haga después de aquel minuto no es tan relevante si va o no a permanecer en la fe, si va o no a permanecer en la vid, en Cristo. Lo relevante es ese momento de fe. El principio más que el final. ¿Quieres vivir de acuerdo al mundo? Sería bueno no hacerlo, puede que te digan, pero si no lo haces, ¡no es problema! La gracia es gracia. Para resumirlo en una frase: puedes, de acuerdo a ellos, ser la siguiente contradicción: un cristiano pero no un discípulo de Cristo. Pero como Hechos 11:26 nos dice:

“Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez”

A los discípulos se les llamó cristianos. Por decirlo de otro modo: no hay cristianos que no sean discípulos de Cristo. Cualquiera que no sea un discípulo, un seguidor de Cristo, no es un cristiano.

Como el teólogo alemán Dietrich Bonhoffer lo resume:

“gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento... Gracia barata es gracia sin discipulado, gracia sin cruz, gracia sin Jesucristo.

Desafortunadamente, tal es la gracia que muchos enseñan y su enseñanza es muy popular. Sin embargo, es una gracia falsa, una distorsión de la verdadera gracia de Dios y debemos estar alerta para que no seamos víctimas de ella. Y como Pedro concluye su segunda epístola:

2 Pedro 3:17-18
“Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.”

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 

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