Verdades Bíblicas

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2 Pedro 2: “ hubiera sido mejor para ellos que nunca hubieran conocido el camino de justicia”

Dejé para el último dos de los pasajes “mas pesados” en este capítulo, los cuales son incidentemente similares: 2 Pedro y Judas. Vamos a empezar con 2 de Pedro. Esta epístola tiene tres capítulos. El más grande de los tres está dedicado a la descripción de algunas personas muy peligrosas relacionadas con el tema que estamos tratando aquí. Ya vimos partes de este capítulo en una sección previa. Pero ahora vamos a la parte amplia:

2 Pedro 2:1-19
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.”

Muchos se oponen a la idea de que las personas de las cuales acabamos de leer eran creyentes. Y sin duda hasta aquí, alguien puede decir que tal vez no queda 100% claro si las personas de las que habla Pedro son cristianas o no, ya que hay algunas indicaciones: negaron al Maestro que los compró. También leemos: “han dejado el camino recto y se han extraviado”. ¿Cómo podría alguien extraviarse del camino correcto si nunca estuvo en el camino correcto? No obstante, los versos de 2 Pedro que siguen no dejan duda que esas personas sin lugar a duda alguna vez fueron convertidas pero en algún momento se regresaron a las contaminaciones del mundo:

2 Pedro 2:20-22
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.”

El que esas personas alguna vez fueron creyentes es obvio por los siguientes hechos:

i) habían escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Habla de conocer al Señor y no puedes conocerlo si no has estado en la fe. Aun como creyente conocer al Señor Jesucristo es un objetivo y no algo que sucede automáticamente.

El que estas personas alguna vez fueron parte de la familia de creyentes con conocimiento personal del Señor se vuelve innegable mediante el uso de la palabra griega “epignosis”. Esta palabra no solo significa conocimiento mental o simple conocimiento. Más bien, significa conocimiento preciso que es puesto en práctica. Veamos cómo define esta palabra el diccionario de Vine:

Epignosis: “denota “exacto o completo conocimiento, discernimiento, reconocimiento,” expresando un más completo o un “conocimiento” completo, una participación mayor del “conocedor” en el objeto “conocido” y de este modo influenciandolo” (énfasis agregado)

Epignosis es el sustantivo del verbo “epiginosko”. Y sobre este verbo Vine dice:

“denota “observar, percibir completamente, notar atentamente, discernir, reconocer” y sugiere generalmente una directiva, un reconocimiento más especial del objeto “conocido” en comparación de “ginosko”; también puede sugerir “conocimiento” avanzado o apreciación especial; así que en Romanos 1:32, “conocer las ordenanzas de Dios” (ginosko) significa “conocer completamente bien” mientras que en el verso Rom. 1:31 “conocer a Dios” (ginosko) simplemente sugiere que no pudieron evitar la percepción. Algunas veces “epiginosko” implica una especial participación en el objeto “conocido” y dan mayor peso a lo que se establece; y de ese modo en Juan 8:32 “que conoceréis la verdad” “ginosko” se usa, mientras que en 1 Tim. 4:3 “los que han conocido la verdad”, “epiginosko” enfatiza la participación en la verdad” (énfasis agregado)

Un incrédulo puede que escuche de Dios pero si la Palabra no entra en su corazón nunca llevará al real conocimiento de Jesucristo, ni qué decir de la “completa” percepción como la palabra “epignosis” denota.

Solo para saber, a continuación algunos ejemplos donde la palabra “epignosis” se usa en conexión del conocimiento de Dios y el Señor Jesucristo.

Efesios 4:11-14
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento [epignosis] del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,”

Efesios 1:17
“para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento [epignosis] de él,”

Colosenses 1:9-12
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento [epiginosko] de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento [epignosis] de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;”

Colosenses 2:1-2
“Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer [epignosis] el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,”

Colosenses 3:9-10
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento [epignosis] pleno,”

2 Timoteo 2:24-25
“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer [epignosis] la verdad,”

Creo seriamente que no podemos ser de la opinión que ninguno de estos pasajes referentes al conocimiento (epignosis) de Dios y Su Hijo también pueden aplicar a los incrédulos. Por eso me pregunto ¿porqué algunos se oponen ferozmente a la idea de que estas personas de 2 Pedro fueron alguna vez creyentes, cuando está tan claramente escrito en la Palabra que se volvieron a las contaminaciones del mundo después de haber inicialmente escapado de ellas “a través del conocimiento [epignosis] de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, el mismo conocimiento el cual es el objetivo y la oración de todos nosotros, los creyentes? Más bien yo buscaría instruirnos en vez de pelearse por lo que está claramente escrito en la Palabra de Dios para apoyar cualquier doctrina que alguno tenga por apreciada; tenemos que someternos a la Palabra aceptándola como niños pequeños, puesto que para Él, para la Palabra de Dios viva, algún día daremos cuentas.

ii) Que estas personas de 2 Pedro fueron creyentes alguna vez es obvio mediante el hecho de que “el santo mandamiento que les fue dado”. ¿Podría un santo mandamiento ser dado a los incrédulos? No lo creo. Hablando de mandamientos, se me viene a la mente lo que Pablo le dice a Timoteo:

1 Timoteo 6:12-14
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,”

Verdaderamente, ¿porqué Pablo le encargaría a Timoteo que guardara el mandamiento sin mácula, si era imposible que lo pudiera manchar?

De regreso a los de 2 Pedro: eran receptores del “santo mandamiento”, el cual en un amplio sentido tomo el significado de la Palabra de Dios y lo que nos ordena. Como por ejemplo 1 Juan 3:23:

“Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.”

Además, esas personas también conocieron el camino de justicia. De nuevo, la palabra “conocer” es una traducción de la Palabra griega “epigninosko” esto es, no es simple conocimiento al que se refiere sino más bien al buen y profundo conocimiento del camino de justicia. ¿Podría sucederle esto a los incrédulos? No lo creo. Lo que creo son los claros hechos de lo que dice aquí que estas personas originalmente pertenecían a la familia de los creyentes pero luego apostataron de la fe. Apostatar significa pertenecer a algo y luego traicionarlo, regresándose, alejándose de el. Tales apóstatas fueron también aquellos de 2 Pedro 2.

¿Cuál será el final de estas personas? La respuesta está en las siguientes partes de 2 Pedro 2:

“Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.”

y
“trayéndoles destrucción repentina

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 

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