Verdades Bíblicas

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¿Solo un hombre?

Recientemente estaba leyendo en Mateo 4 las tentaciones de Cristo en el desierto. El adversario lo retó dos veces con la frase “si eres el Hijo de Dios”. Tomándolo de otro modo, me sonó como “Jesús, no eres el Hijo de Dios. Eres solo un hombre… si te arrojas del templo nadie te va a levantar. Si tienes hambre nadie te va a alimentar. Ándale, trata… ¿Puedes convertir estas piedras en pan? ¿Puedes arrojarte del templo?” vamos trata, si no eres más que un simple ser humano, es decir, si eres el Hijo de Dios”. Es la misma historia con nosotros hoy. Somos hijos e hijas de Dios y el enemigo quiere persuadirnos para que no seamos más que seres humanos desamparados. Susurra en nuestros oídos: “estás solo en este mundo… tu Dios está muy lejos. Sólo establécete como cualquier otro”.

Somos seres humanos como cualquier otro en esta tierra. Correcto. PERO, y este es el PERO que él estaba distorsionando con Cristo y con nosotros: nosotros también somos HIJOS DEL REY. Ahorita mismo tenemos un hogar en Su palacio, un lugar en Sus brazos. No somos los seres desamparados que él nos presenta, sino los hijos de Dios. “AMADOS AHORA SOMOS HIJOS DE DIOS” dice La Palabra (1 de Juan 3:2). Eso es lo que AHORA SOMOS. Eso es lo que tu identificación celestial dice. Dice así: Nombre: [Escriba su nombre aquí] Conocido: A antes de la fundación del mundo, Nacido de: Dios, Salvado por: Jesucristo, él/ella es: hijo/hija de Dios, Acceso a los brazos de Dios: ilimitado.

La mediocridad (“ser como cualquier otro” con el enunciado escondido tras este: “porque ERES como cualquier otro”) es un arma del diablo en contra de la excelencia de los hijos de Dios. Somos hombres, pero no “simples” hombres. NO somos cualquiera. AHORA somos hijos de Dios. Descansemos en los brazos del Padre, descansando en Su regazo, hoy, mañana y siempre. Ahí es a donde pertenecemos.

Anastasios Kioulachoglou

Español: Aleida López de Steinmetz
Versión Bíblica: Reina-Valera 1960