Verdades Bíblicas
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En Mateo 21 encontramos a Jesús entrando a Jerusalén con la multitud gritándole “Hosanna”. Luego fue al templo y los versos 12 y 13 nos dicen lo que hizo ahí:

Mateo 21:12-13
“Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. Escrito está —les dijo—: “Mi casa será llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones”.

El cristianismo occidental ha creado esa imagen del Jesús rubio, ojos azules y cara dulce que solo estaba ahí para darle gusto a los demás. Me pregunto cómo el pasaje anterior embona con esta imagen. El lugar del registro anterior era la parte de afuera del templo, la llamada corte de los gentiles. Ahí se hacía mucho comercio. La gente compraba y vendía, todo en nombre de adorar a Dios: cambiaban dinero a los que venían de lejos; vendían pichones para los que necesitaban hacer sacrificio. He escuchado que algunas veces lo que sucedía es que la gente llevaba su animal para el sacrificio pero el sacerdote lo rechazaba con la excusa que no era sin mancha y mandaba a la gente con los mercaderes a comprar otro, porque les daban comisión. No sé si eso era verdad o no. Pero estoy seguro de que había sacerdotes así, debido a la naturaleza caída del hombre y su tendencia a pecar. Por supuesto que lo los comerciantes hacían no eran negocios de caridad. Lo hacían obteniendo ganancia y por ganancia. El último enunciado en el pasaje anterior, que dice que habían hecho una cueva de ladrones indica que no solo lo hacían obteniendo ganancia sino también que tenía prácticas de robo. Hay algo que no concuerda cuando las cosas de Dios están conectadas con ganar, ganancia, comprar y vender por dinero. No quiero señalar figuras a ningún ministro, autor, artista o empresa. Cada uno de nosotros, incluso yo, daremos cuentas de nuestros actos a Dios, no a mi. Sin embargo, es un hecho que las 2 compañías editoriales líderes en E.U.A. (y tal vez del mundo) pertenecen a dueños seculares, siendo parte del mismo grupo que posee el periódico Wall Street y muchas publicaciones/periódicos similares más. Es un hecho, no un rumor. El propósito del grupo dueño es hacer ganancia y tanta ganancia como sea posible para el beneficio de sus accionistas. Esto por supuesto no puede ser un blanco objetivo de ningún ministerio cristiano u organización involucrada en cosas que pertenecen a Dios. El ministerio y el hacer ganancia no tienen nada en común. Además, ¿cómo se sentiría Jesús viendo las prácticas de muchos “ministros” hoy: “compra 5 libros y obtén 1 gratis. Aquí tengo la verdad de la Palabra. Hoy a tan solo 10 dólares. Es de pasta gruesa y esta a 50% de descuento. ¡No te lo pierdas!” Si lo que verdaderamente tienen es enseñanza que verdaderamente Dios ha inspirado – y muchos sin duda lo son- ¿porque habría de venderse? En la era donde todo puede estar disponible gratis en internet, ¿porqué no ponerlo a disposición de todos en linea y gratis? Vender cosas que supuestamente Dios ha inspirado (enseñanza, música, etc.) no es algo que venga en la Biblia. Jesús dijo muy claramente a los discípulos cuando los mandó a ministrar a la gente:

Mateo 10:8-10
“Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón, ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento.”

Dios no requiere un pago por lo que nos provee. Fue un regalo, dado gratuitamente a ti y no tienes permitido proporcionarlo obteniendo ganancia! ¿Tienes algún don de Dios para cantarle, para escribirle, para ministrarle de alguna manera (y todo cristiano esta dotado de eso)? Así como tu recibiste libre de cargo, del mismo modo tu debes dar sin cargo alguno. Yo sé que muchas veces tienes que venderlo (libros, CDs etc. solventar costos de impresión, embarque etc. y muchas veces el editor y no el autor determina el precio). Si es así, entonces ponlo a disposición sin costo, en linea, para que el mundo lo vea, sin presumir. Recibiste gratis, da también gratuitamente! El precio del evangelio sin duda es: gratis .... „no con ganancia!“

Anastasios Kioulachoglou

 

Español: Aleida López de Steinmetz

Versión Bíblica: Nueva Versión Internacional