Verdades Bíblicas
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Las advertencias del Nuevo Testamento: Introducción

En Hechos 20:26-27 encontramos a Pablo hablando a los ancianos efesios. Haciendo un resumen de su ministerio, les dijo:

“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.”

Pablo no rehuyó, no se abstuvo de decirle a los efesios y a la iglesia de Dios en general el consejo de Dios. Tal vez pensamos que sería redundante un estudio más acerca de la salvación; ya que este tema es algo muy fundamental y uno piensa que todos lo entienden correctamente. Pero yo no lo veo así. Por lo menos, esa es mi propia experiencia. Nací como griego ortodoxo, fui de niño al catecismo y seguía las liturgias etc. Sin embargo, ya siendo adolescente, no había escuchado sobre la salvación por gracia a través de la fe y la conclusión a la que llegué fue que Dios es una figura severa que esta esperando a que yo haga algo malo para castigarme y por su puesto que no es así. Lo descubrí unos años después, a los 21, cuando conocí la verdad de un Dios vivo y amoroso. Luego, por primera vez escuché que la Biblia es la Palabra de Dios y que la salvación es por gracia a través de la fe. ¡Eso me liberó! Dios ya no era esa figura distante. Era un Dios real, tan real, así como lo veía en la Biblia.

Básicamente la enseñanza que recibí fue que una vez que uno es salvo, cree que es salvo inmediatamente y para siempre, independientemente de lo que uno haga con su fe durante su vida. Sin embargo desde entonces, desde hace más de dos décadas, he tenido varios períodos de prueba y tentación los cuales me hicieron darme cuenta que permanecer en la fe no es algo automático, algo que se puede considerar como dado por hecho, exactamente desde el momento que uno ha creído. Lo que entendí fue que la fe es mas bien algo continuo y no algo que se decide solo una vez.

En estos 25 años he visto amigos que estaban tan contentos al principio cuando les hablé del Señor y Él era todo para ellos, lo alababan, oraban etc., pera luego no mucho tiempo después se enojaban conmigo o con Dios y ya no querían saber de Él. ¿Porqué? Porque una novia los dejó o porque algún familiar les dijo que esto es una “herejía” etc. No se sostuvieron en la Palabra de Dios en los tiempos de tribulación y tentación. También he visto otros que aunque aceptaron a Cristo, se dejaron llevar simultáneamente por amor al mundo, lo cual ahogó la semilla de la Palabra de Dios, exactamente como dice la parábola del sembrador. Así que para ellos, Cristo pasó a ser algo que alguna vez escucharon y no hubo fruto o diferencia alguna en sus vidas que pudiera notarse. Además, me topé con muchas advertencias y escrituras confusas que no parecían emparejarse con la doctrina que dice que una vez que alguien es salvo siempre es salvo, independientemente de que después, por diversas razones, deje la fe.

Este estudio observa muchas Escrituras del Nuevo Testamento que ponen en claro que la fe no es evento único que una vez sucediendo es válido para siempre. Mantener la fe, terminar la carrera, no es algo automático y garantizado para todos aquellos que comienzan la carrera. Algunos, como el ejemplo que mencioné arriba, se alejan a las primeras dificultades y problemas. Otros tienen un amor muy fuerte por las cosas del mundo y por lo mismo se apartan. Solo aquellos que comienzan la carrera verdaderamente perseveran hasta el final. Esto, como lo veremos más adelante, lo pone muy en claro el Nuevo Testamento.

¡Cuidado! ¡La puerta estrecha, un camino difícil!

A muchos no les gustan los caminos angostos y difíciles, pero está claro por lo que el Señor nos dice, que el camino de la fe es exactamente eso: un camino difícil pasando a través de una puerta angosta.

Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

Las advertencias son muy importantes en un camino estrecho y difícil, porque nos podemos salir muy fácilmente. Y en nuestro caso, salirse significa irse a un camino fácil y espacioso, esto es, un camino que le agrada a los 5 sentidos. ¿Quién no ha manejado por un camino estrecho y puesto COMPLETA atención a las advertencias? ¿Quién ha pensado que esas advertencias está ahí en un camino como ese, solo para aterrorizar a los que lo transitan (en vez de ayudarlos a mantenerse en el camino) o que tal vez no sea de importancia y que solo se refieren a otros y no a él mismo? No creo que ninguno de nosotros piense de ese modo. Así mismo, hay muchas advertencias en el Nuevo Testamento y su objetivo es alertarnos para que permanezcamos en el camino correcto, puesto que este camino es también angosto y difícil. Y como de ninguna manera ignoraríamos las advertencias en un camino difícil, igualmente no debemos ignorar o justificar las advertencias dadas en la Palabra de Dios concernientes a la dificultad del camino de la fe, ya que están ahí para nuestro bien. El propósito de este estudio es enfatizar esas advertencias.

¿Para quién está escrito este libro?

Este libro no habla - excepto el primer capítulo - de las grandes realidades de ser nacido de nuevo, las grandes realidades de tener el Espíritu de Dios en ti, las grandes realidades de ser un hijo de Dios por fe. Muchos de nosotros ya han escuchado sobre esas realidades. Sin embargo, el problema es que ya las hemos escuchado de una manera desequilibrada, sin escuchar o tomando seriamente en consideración los pasajes al respecto y especialmente aquellos tratados en este estudio. Algunos han concluido que estas verdades y la salvación en particular están basadas en un primer momento de fe, después del cual ya somos salvos para siempre, independientemente de lo que le pase a nuestra fe después de aquel momento. Esta es la audiencia principal a la que va dirigida este libro y nuestro objetivo principal es equilibrar a través del enfoque en las advertencias del Nuevo Testamento exclusivamente, las cuales siendo ignoradas fueron la causa del desequilibrio mencionado.

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 

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