Verdades Bíblicas
Suscribirse

Descarga gratis la versión optimizada del estudio en PDF  para tu eBook reader (lector de libros electrónicos / Tablet PC / Desktop PC (computadora de escritorio) / Smartphone. Edición en PDF

El dar en el Nuevo Testamento – apoyando a los misioneros

Ya tocamos esta área. Como vimos previamente, 1 de Corintios 9:14 dice:

“Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”

Como dijimos en el capítulo anterior, este pasaje no se refiere a los ancianos sino a los predicadores del evangelio, a la gente como Pablo, Timoteo y Bernabé, a los equipos apostólicos que iban de pueblo en pueblo predicando el evangelio, para expandir el reino de Dios. Los cuales eran trabajadores constantes, gente a la que hoy en día llamaríamos probablemente misioneros. No plantaban una iglesia y luego se quedaban ahí a… “pastorearla” sino que iban de pueblo en pueblo estableciendo nuevas iglesias. Esa gente tenía y tiene el derecho de vivir del evangelio, aunque Pablo y su equipo no hicieron uso de este derecho. No obstante, sí recibió regalos voluntarios de la gente, aunque nunca requirió tales regalos en sus cartas. La carta a los Filipenses nos demuestra un caso donde una iglesia le envío apoyo. Veamos el registro empezando de Filipenses 4:10-13:

“Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí. Claro está que tenían interés, sólo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo. No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” NVI

El ministerio de Pablo no estaba basado en salario de alguna iglesia. No tenía puesta su confianza en el sueldo. No lo tenía. Dependía completamente del Señor. Había aprendido a estar contento en cualquier circunstancia. ¿Cómo? A través de Cristo que lo fortalecía. Cristo era su fundamento, la fuente de su alegría. Nota que eso lo aprendió. No había nacido con eso. Tuvo que aprenderlo. Aprendámoslo nosotros también. Nota también que dice: “No digo esto porque esté necesitado”. No tenía una lista de necesidades que andaba circulando por ahí. Después de hablar a la gente, no pasaba una taza para recolectar ofrendas. Sino que iba al mercado y ejercía su oficio. De este modo, ponía el ejemplo para que todos los demás lo siguieran. Pero cuando una iglesia enviaba apoyo, era recibido con agradecimiento:

Filipenses 4:14-18
“Sin embargo, han hecho bien en participar conmigo en mi angustia. Y ustedes mismos, filipenses, saben que en el principio de la obra del evangelio, cuando salí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en mis ingresos y gastos, excepto ustedes. Incluso a Tesalónica me enviaron ayuda una y otra vez para suplir mis necesidades. No digo esto porque esté tratando de conseguir más ofrendas, sino que trato de aumentar el crédito a su cuenta. Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado.”

Los filipenses apoyaron a Pablo. Apoyar a los trabajadores apostólicos, a los misioneros que van de pueblo en pueblo predicando el evangelio es un área más factible del dar. Sin embargo, esos trabajadores no deberían poner su confianza en ello, sino en el Señor. Ellos y todo cristiano deberían hacerlo, como Pablo, estar contento en cualquier circunstancia en la que estemos. Nota también lo que Pablo está diciendo: “ninguna iglesia participó conmigo en mis ingresos y gastos, excepto ustedes”. Pablo no obtenía apoyo de ninguna iglesia, por lo menos, “en el principio de la obra del evangelio”, lo cual de nuevo demuestra que ese apoyo personal no era un tema del que hablaba a las iglesias. Además, también dijo; “No es que esté tratando de conseguir ofrendas, sino que trato de aumentar el crédito a su cuenta”. Había un fruto asociado al regalo. El regalo produciría un fruto y ese fruto sería acreditado en el cielo a la cuenta de los filipenses. Como la obra de Pablo continuaba dando fruto, yo creo que la cosecha de los filipenses en el cielo es muy grande para este momento y sigue incrementándose.

Anastasios Kioulachoglou