Parte del libro: "Las advertencias del Nuevo Testamento".

Santiago 5:19-20: el hermano extraviado

Continuando vamos a Santiago 5:19-20:

“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”

La frase “si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad”, pone en claro que un hermano - y este texto se refiere a hermanos: “Hermanos, si alguno entre vosotros.” - se extravía de la verdad. ¿Qué significa esto? Que puede errar en enseñanza y desviarse - como los gálatas que querían seguir la ley con el objetivo de justificarse - o ir en pos de prácticas pecaminosas. Considerando lo último, no estamos hablando de un pecado mientras andamos en el camino de la verdad (ver más adelante nuestra discusión sobre 1 Juan). Más bien estamos hablando de alguien que se extravía de la verdad, se extravía de la luz y ahora anda en la oscuridad. Por lo cual, ¿es posible que alguno de entre nosotros se extravíe de la verdad? Desafortunadamente, sí lo es.

Ahora, Santiago dice que si un hermano hace que vuelva otro que se había extraviado de la verdad “salvará su alma de la muerte”. El pasaje que habla sobre la muerte del alma aclara si dicha persona no vuelve al final no tendrá la vida eterna sino totalmente lo contrario. Y esto a pesar de haber estado en el camino correcto. La misma verdad también la encontramos en otros lugares de las epístolas. A continuación veremos algunas:

Romanos 8:13
“porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”

Gálatas 6:7-8
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”

Hebreos 10:26-27
“Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.”

Cosechamos la vida eterna cuando corremos la carrera de la fe, sembrando en el Espíritu y la nueva naturaleza. Pablo es muy claro: “aquel que siembra en el espíritu cosechará la vida eterna”. Esto no significa que no pequemos o no cometamos fallas. Nadie esta libre de ello. Sin embargo esos son errores que cometemos mientras andamos el camino. Perseguimos el vivir una vida justa y algunas veces es posible tener episodios de pecados. Pero son solo eso: episodios, no algo que verdaderamente practicamos como un estilo de vida. Sin embargo, si básicamente viviéramos una vida de pecado, caminamos sin ley, vivimos habitualmente y como estilo de vida - de acuerdo a la carne - entonces cosecharemos lo que sembramos y conforme a lo que leímos eso sería “una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”. Ahora, algunos podrán preguntar: “¿pero porqué, a caso la salvación no es por fe?”. Sí lo es, pero la verdadera fe y vivir de acuerdo a la carne nunca van de la mano. Se excluyen una a la otra. No podemos estar en ambas al mismo tiempo.

Autor: Anastasios Kioulachoglou

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