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El libro de Ester nos anima (PDF) Edición en PDF

El libro de Ester nos anima

Hace muchos años escribí un artículo sobre el libro de Ester. Es momento de repasar este maravilloso libro con nuevas percepciones, las cuales obtuve mediante algunas experiencias personales que bien caben en lo que Ester tiene para decirnos. Primero que nada, antes de continuar, veamos algo de información histórica concerniente al libro. El libro de Ester existe en dos versiones: la versión corta, que viene del texto masorético en hebreo y la versión larga, proveniente de la Septuaginta, la traducción del Antiguo Testamento al griego, llevado a cabo antes de Cristo. La versión larga se sigue por las tradiciones católicas y ortodoxas, mientras que la versión larga seguida por la tradición la protestante. La diferencia entre las dos versiones no afecta en sí el corazón de la historia. Solo agrega algo de material adicional como por ejemplo el contenido de las cartas de Artajerjes o una oración de Ester. En este artículo usaremos la versión corta.

Lo primero que nota alguien al leer el libro de Ester es que el nombre de Dios no se menciona, aunque de hecho está por todas partes; lo vemos en cada página del libro a través de Sus acciones. Y esas acciones hechas estando “disfrazado”, usando circunstancias y gente preparadas de antemano por el Señor. Y eso es algo que no solo vemos en el libro de Ester, esto también lo vemos en otras partes, tales como la historia de José en Egipto por ejemplo. También lo he visto muchas veces en mi vida y tal vez tu lo has visto en la tuya también, pero vamos al principio. El libro empieza con la reina Vasti cayendo en desgracia (Ester 1) y el rey buscando a una nueva reina. La cual encuentra en una hermosa muchacha judía llamada Ester, la heroína del libro (Ester 2). Este es el primer acontecimiento en este libro lleno de sucesos. Ester fue criada por su primo Mardoqueo. Durante el concurso de quién iba a ser la reina, Mardoqueo estaba sentado afuera del palacio y se dio cuenta de un complot en contra del rey. Él le informó a Ester al respecto y ella a su vez informó al rey en nombre de Mardoqueo. Los conspiradores fueron encontrados y ejecutados. No se había hecho nada extraordinario para honrar a Mardoqueo, nada mas que escribir el suceso en las crónicas del reino (Ester 2:19-23). Este segundo acontecimiento ocurre antes de lo que vamos a leer a continuación.

Después de los dos eventos anteriores vino un día muy malo a Mardoqueo y al pueblo judío. Amán, un hombre arrogante y malvado, viene a la escena. Amán gana el favor del rey y todos se inclinan ante él; todos, excepto Mardoqueo, quien no adoraba a nadie más que a Dios. Amán no puede aceptar esto. Se enoja con Mardoqueo y decide exterminarlo, pero eso no le parece suficiente, Amán también quiere exterminar a todo el pueblo judío (Ester 3). Así que engaña al rey para que firme un decreto para la eliminación de los judíos en un determinado día. La amenaza es enorme. El enemigo, siendo el segundo después del rey, parece invencible. ¿Alguna vez has estado en la posición de pelear contra un enemigo que parece invencible? El enemigo real es siempre satanás quien también estaba detrás de Amán. Sin embargo, este enemigo no viene en tu contra en forma de persona. Viene a través de personas que le han dado cabida. ¿Alguna vez te has encontrado sufriendo injustamente por culpa de personas arrogantes y llenas de orgullo? ¿Te has preguntado dónde está Dios en esos momentos? ¿Dónde está Dios cuando duele, como dice el título del popular libro? A veces parece que no está en ningún lado. Pero solo parece ser así. Porque regresando a nuestro caso, Dios ya había hecho su tarea mucho antes de que Amán apareciera. Ten la seguridad de que nadie toma a Dios por sorpresa. El enemigo con el que tal vez estés lidiando ahora puede que parezca enorme, pero para Dios no es así. Dios ya sabía de ese enemigo y ya ha tomado cartas en el asunto. En el caso de Ester, Dios hizo dos movimiento estratégicos antes de que apareciera Amán. Lo primero fue poner a Ester en el trono y segundo fue hacer que Mardoqueo se diera cuenta del complot en contra del rey y salvarlo, sin haber sido honrado por ello. Con esos dos movimientos Dios protegió, como veremos más adelante, a Su pueblo antes de que la amenaza llegara. Esto no prohibió que la amenaza viniera, no hizo que no la aflicción no surgiera, esto es, el problema de lidiar con una persona tan mala como Amán. Dios ha dado libertad de decidir a las personas y éstas puede atacar inocentes. Esto no significa que ganarán, aunque parezca temporalmente que así es.

Cuando le firmaron a Amán el decreto de exterminio de los judíos parecía invencible. Era el segundo después del rey. ¿Quién podría resistirle? Vamos a ver cómo terminó todo. Amán en su arrogancia fue y preparó una horca para colgar a Mardoqueo (Ester 5:14). Pero Dios estaba en movimiento. De hecho nunca había dejado de hacerlo. La noche -la noche planeada como la última para Mardoqueo- el rey no pudo dormir. Y ¿qué hizo? Qué mejor que leer algunas historias de las crónicas del reino. Y adivina ¿qué historia salió? La historia donde Mardoqueo salva al rey y que por lo que nunca se le honró. Se llegó la mañana y Amán se apresuró a decirle al Rey que colgaría a Mardoqueo en la horca que había preparado (Ester 6:5). Pero el rey tomó primero la palabra, preguntándole qué haría para honrar a alguien. Amán en su arrogancia pensó que el rey quería honrarlo. Así que propuso una cantidad de cosas extravagantes para honrar a aquella persona denominada por el rey (Ester 6). ¡Imagina el choque cuando escuchó que él mismo iba a hacerle esas cosas a Mardoqueo! ¡De estar a punto de ahorcarle, terminó postrándose ante él! ¡Ese es nuestro Dios! ¿Lo ves? ¿Te ha pasado? Gente mala hace complot en tu contra, parece que Dios no está en ningún lado, pero es solo aparente, porque de hecho está en todas partes. Puede parecer que no aparezca claramente desde el principio. Puede parecer que gente como Amán se sale con la suya. Pero solo parece ser así. Porque Dios se presenta, muchas veces en lo que la gente ha planeado, en lo que pudiera parecer tu última noche. El Dios de salvación, el Todopoderoso y Padre justo se presenta y ¿quién puede resistirle? Entonces se presentó en lo que parecía ser la última noche de Mardoqueo, llevando a cabo los planes que ya había preparado con anterioridad. Recuerda que nadie puede huir de Dios. Nadie le toma por sorpresa y tus enemigos no son la excepción. Así que lo que parecía ser la última noche de Mardoqueo al final no lo fue. Y el siguiente día fue el principio de un día fabuloso, siendo honrado por el rey y su propio enemigo.

Pero ¿qué pasó con el decreto que el rey había firmado bajo la guíanza de Amán para exterminar a los judíos? Aún tenía validez. Además, Amán aún era el segundo después del rey. Así que Dios lleva a cabo su segundo y más grande movimiento, llamado Ester. Se había convertido en reina para “un momento como ese” (Ester 4:14). Estaba estratégicamente colocada ahí, antes de que Amán apareciera, para que Dios salvara a Israel a través de ella cuando Amán apareciera. ¡Dios sabe! ¡Dios está a cargo! Y ese era el momento para que Su plan se llevara a cabo por completo. La reina decide actuar e invita al rey a un banquete. Ahí le cuenta sobre el complot de Amán. El rey se enoja con él, y cuando los reyes se enojaban en aquellos tiempos, no había buenas noticias para aquel con quien estaba enojado. Amán le rogó a la reina por su vida cuando el rey salió del salón. Cuando volvió, encontró a Amán sobre el sillón donde Ester estaba reclinada y pensó que estaba a punto de asaltarla. (Ester 7:8). Entonces alguien cercano informó al rey que Amán estaba planeando ahorcar a Mardoqueo. Al rey no le hizo falta más. Ordenó de inmediato que colgaran a Amán en la horca que había preparado para Mardoqueo (Ester 7). Como dice la Escritura, el enemigo cae en la trampa que él mismo había planeado para el justo (Proverbios 28:10, Proverbios 26:27).

Mardoqueo y los judíos salieron triunfantes. Pero quiero que notes el patrón seguido aquí: Dios no obró en primer plano haciendo milagros para que Amán o el rey los vieran. Ni si quiera se menciona Su nombre en la versión en hebreo del libro de Ester. Más bien, Dios obró tras bambalinas. Y ¡vaya obra que llevó a cabo! Antes de que Amán apareciera en la escena ya había hecho reina a Ester y había hecho que Mardoqueo salvara al rey del complot en su contra, reservando los honores para después. Cuando Amán apareció, no lo previno del complot y de la amenaza contra los judíos, incluso contra su existencia. Esto es lo que la gente llama amenaza existencial. No son simples amenazas, son amenazas extraordinariamente pesadas contra tu existencia misma, tanto física como profesional y financiera. Este es el león rugiente de 1 de Pedro 5:8. Parece invencible pero no lo es, porque solo uno es invencible: el Señor. Así como el libro deuterocanónico de Judit dice: “Voy a cantar a Dios una canción nueva: ¡Señor, tú eres grande y glorioso, admirable por tu poder invencible!” (Judit 16:13). Así que Amán pudo hacer complot contra los judíos y especialmente contra Mardoqueo, había mandado hacer una horca para colgarlo. Eso es una amenaza existencial en su máxima expresión. Pero Dios se presentó aquella noche, aquella última noche, horas antes de la planeada ejecución. Si estás bajo ataque, no pienses que Dios te ha abandonado. Ahí está observando, ya ha hecho su parte. No escuches al león rugiente. Mantente en paz y ve la liberación del Señor. Puede que venga en el último minuto. Así como el Señor se presentó aquella noche quitándole el sueño al rey y trayéndole las crónicas correctas, aquellas donde el acto de Mardoqueo y lo bueno que había hecho al rey estaba registrado. Amán no logró colgar a Mardoqueo solamente sino que también tuvo que honrarlo por orden del rey. Después le tuvo que rogar a la reina por su vida, pero ya era demasiado tarde. Cayó en la trampa que el mismo había tendido a Mardoqueo. Murió deshonrado y lo mismo le sucedió a su familia. Su posición le fue dada a otro, ¿a quién? A Mardoqueo.

Recobra ánimo con esta historia. Así como Dios estaba obrando con Ester, del mismo modo está obrando en tu vida. No te ha dejado ni desamparado (Hebreos 13:5). Ha hecho Su tarea y nadie puede tomarle a Él por sorpresa. No escuches al león rugiente, no te rindas y espera en Él. Seguramente Él vendrá aunque sea en el último momento.

Anastasios Kioulachoglou

Español: Aleida López de Steinmetz

Versión bíblica: Reina-Valera 1960