Verdades Bíblicas
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Apocalípsis 2,3: ¿Son las epístolas de Jesús a las siete iglesias relevantes para nosotros?

Después de los evangelios y con excepción de muy pocos pasajes en Hechos y las epístolas, es en Apocalípsis donde encontramos a Jesús hablando de nuevo en primera persona. Los capítulos 2 y 3 contienen cartas que fueron enviadas a siete iglesias de Asia Menor. Jesús dedicó directamente esas cartas al apóstol Juan, ordenándole que las escribiera y las enviara a las iglesias, junto con todo el libro. Es sorprendente sin embargo, la poca atención que reciben estas epístolas de Jesús. Similar a la teoría que básicamente hace a un lado los evangelios clasificándolos como no relevantes para nosotros; una teoría predominante es que esas epístolas de Jesús, junto con el Apocalípsis entero, en realidad no se refieren a nosotros. Sino que se refieren – de acuerdo a su teoría – a algunos futuros creyentes y ellos van a entender el libro de Apocalípsis, implícitamente refiriéndose a que con seguridad podemos ignorar este libro o considerarlo como algo “solo para nuestra información”. En cuanto a las siete iglesias, esas son, como dice la teoría, iglesias futuras a las cuales esas cartas se refieren1. Sin embargo, esas iglesias eran iglesias reales cuando Juan escribió las cartas, así como exactamente había una iglesia en Corinto a la cual Pablo dirigió su carta. De hecho, algunas de estas iglesias, así como la iglesia de Efeso y Laodicea, podemos encontrarlas en las cartas de Pablo también. Verdaderamente, todo el argumento de que esas epístolas en realidad no se refieren a los creyentes que viven en la era de la gracia se quiebra si vemos lo que el mismo Jesús ordenó hacer a Juan con el mensaje que estaba por recibir. Esto se da en términos muy claros en Apocalípsis 1:11

Apocalípsis 1:11
“que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”

¿Adivina qué hizo Juan? Lo escribió e inmediatamente lo envió a las siete iglesias mencionadas. Por lo cual, las cartas de Jesús a estas iglesias se refieren a los cristianos creyentes en estas iglesias y son tan relevantes para nosotros, como las cartas que envió Pablo, por ejemplo, a los creyentes de la iglesia de Corinto, Efeso, Galacia etc.

Una de las razones por las que algunas personas se apresuran a poner estas cartas en la bonita caja que tienen de “no relevante para nosotros” es porque básicamente no les gusta lo que Jesús dice. Por ejemplo, ven a Jesús diciendo: “Conozco sus obras” (Apocalípsis 2:2), “arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” (Apocalípsis 2:5) etc. y se dan cuenta que tal “severidad”, - de acuerdo a ellos - no se reconcilia con lo que ellos creen como el evangelio y su imagen de Jesús. Por lo tanto, hay que trazar caminos para evitarlas lo mejor posible. Y la forma que podemos encontrar es considerar esas cartas y el Apocalípsis en general como primordialmente refiriéndose a futuros creyentes que estarán viviendo en esos días. La verdad sin embargo, es que son tan relevantes para nosotros como las epístolas de los apóstoles: ambos tipos de epístolas fueron escritas para iglesias reales y creyentes reales de aquel tiempo y ambas por consiguiente también se refieren a nosotros.

Yendo a las epístolas mismas, vemos que la forma en que Jesús veía a cada iglesia (y no se refiere al edificio sino a las personas) es como un entrenador que cuida de sus atletas quienes están corriendo una carrera o peleando una batalla. Entonces verás que la retroalimentación para estas iglesias es diferente en cada caso. Algunas de ellas se desenvuelven bien. Deben de seguir así. Pero el resto de ellas está teniendo problemas. El Señor no les dice “sabes que está bien. He pagado el precio para que tu no tengas que hacer nada.” Sino que lo que hace es que después de decirles sus buenos puntos (eso se lo dijo a todos excepto a Laodicea) continua con la crítica que tiene para ellas. A cuatro de siete les dice “arrepiéntanse”, cambien de rumbo. De hecho no les dice solamente “arrepiéntete” sino “arrepiéntete, si no...”. Aquí algunos ejemplos:

Apocalípsis 2:5
“Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.”

Apocalípsis 2:15-16
“Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.”

Apocalípsis 3:2-3
“Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.”

Algunos no pueden comprender que Jesús alguna vez habló de ese modo a las iglesias. Pero queridos hermanos, la Biblia nos demuestra a Jesús de varios ángulos y uno de ellos es en Apocalípsis 1:11-18:

“que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.”

¿A caso nuestra opinión o imagen de Jesús se parece a la imagen anterior o es Jesús un dulce joven rubio de ojos azules que no tocaría ni una mosca?

Volviendo a nuestra pregunta original: ¿Las epístolas de Jesús a las siete iglesias se refieren a nosotros también por consiguiente, exactamente como las epístolas de Pablo se refieren a los Gálatas o a los Corintios? La respuesta es sí. Y si tenemos oídos – como deberíamos – para las epístolas de los apóstoles a las iglesias, así también deberíamos de tener oídos para las epístolas a las iglesias del Maestro de los apóstoles.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalípsis 2 y 3).

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 



Notas al pie

1. Por supuesto que hay muchas otras teorías en cuanto al significado del libro de Apocalípsis, casi todas las cuales les falta la relevancia de las epístolas a las siete iglesias (este es el enfoque de este apéndice) y las tratan no como epístolas reales dirigidas a personas reales en iglesias reales si no como algo metafórico o pasado, sin aplicación en el presente o el futuro.