Verdades Bíblicas
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1 Timoteo 6:10-16: el amor al dinero

En 1 de Timoteo 6:10 encontramos un ejemplo más de gente que se extraviaron de la fe: aquellos que amaron al dinero.

1 Timoteo 6:10
“porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

“Se extraviaron” es la palabra griega “apeplanithisan” y significa: “ser desviado, seducido”. La gente que se ha extraviado de la fe, alguna vez anduvo el camino correcto pero luego, debido a algún engaño que siguieron, se desviaron, se extraviaron. Como Pablo dice, la gente de la cual está hablando aquí “se extraviaron de la fe”, lo cual consecuentemente significa que alguna vez estuvieron en ella. El engaño de las riquezas causará a aquellos engañados por ellas el extraviarse de la fe. Utilizando la parábola de la vid en Juan 15, esto es igual a alejarse de la vid. A su vez esto nos hará infructuosos como los de la tercer categoría de la parábola del sembrador ya que no hay forma de llevar fruto sin permanecer en la vid1. Finalmente, si no hay verdadero arrepentimiento y se vuelven, el final que les viene es que serán removidos de la vid y serán clasificadas como “arderán” (Juan 15:2-6).

En cuanto al amor al dinero, es obvio que es un enemigo letal de la fe; es un asesino en primer grado de la fe. Cuando el amor al dinero entra la fe se va. Dios provee las bendiciones materiales para cubrir nuestras necesidades, pero el querer volverse rico, queriendo ser “bendecido” con las riquezas no es algo que deberíamos hacer. Más bien deberíamos hacer lo siguiente:

Hebreos 13:5-6
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.”

¿Estamos haciendo esto? ¿Estamos contentos con lo que tenemos? ¿Es nuestra vida libre del amor al dinero o vamos corriendo tras las riquezas? Vamos a pensar y a hacer los ajustes necesarios.

 

Autor: Anastasios Kioulachoglou

 



Notas al pie

1. En cualquier caso, el engaño de las riquezas se menciona explícitamente en la parábola del sembrador como espino y causa de infructuosidad.

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